¿Cuánto influye tus redes sociales en tu vida profesional?

En tu vida profesional sin duda influye bastante tu preparación académica, los valores que definen la forma en como actúas frente a otros y como encaras tu vida laboral. Sin embargo, ¿te has preguntado alguna vez el peso que tiene cómo te perciben otros por culpa de las redes sociales?

Si es así, sigue leyendo para que conozcas un poco de mi experiencia acerca de la forma en que la gente pretende definirte de forma a priori; y sin siquiera conocerte a fondo; tan sólo por cómo te ves en tus redes sociales.

Las redes sociales hoy en día son prácticamente inherentes a la vida de todos. Su importancia ha logrado darle un vuelco a las bases que antes regían a una sociedad, las cuales pesaban más por ser tangibles, verificables y de aspecto pragmático. Con las redes, una persona puede influir de forma totalmente opuesta a los valores tradicionales o bien aquellos sustentados en la ética o la moral, es decir, sin acercarse a alguien y sin sustento veraz.

Pero primero veamos antes que debe ser importante en tu vida profesional, y de ahí darnos cuenta que el peso de lo superficial realmente no tiene razón de ser. 

A continuación enlistaré algunas características que se supone se espera de una persona cuando entra al ámbito profesional y por ende laboral.


Características generales de un empleado promedio

Que sea responsable.

·       Estable emocionalmente.

·      Que sea empática.

·     Que se adapte a cualquier entorno, y pueda tener la capacidad de afrontar retos y encontrar soluciones.

·     Que tenga capacidad de tomar decisiones importantes.

·     Que sea puntual.

·     Que sea disciplinada en cuanto a que ejecute sus labores con precisión y rapidez.

·     Que tenga ganas de superación, de realizarse como persona y como empleado.

·     Y en último caso, de acuerdo a lo que he vivido, que quiera entrar en la parte administrativa o gerencial, sin importar si hay aspectos buenos o malos ya en este nivel (ósea, si puedes ser chivo expiatorio o bien callar algunas cosas que pueden dañar la imagen de la compañía o del empresario o empresaria para quien trabajas).

En ninguna de las mencionadas con anterioridad dice: “que te veas bonita o bonito en tus fotos de redes”, “que compartas frases de motivación o de auto-ayuda”, “que no critiques a los convencionalismos o al establishment”,  “que seas religioso”, “que compartas cuan feliz eres porque tu cámara y dinero se adaptan con precisión al momento que estás viviendo”, en pocas palabras “que hagas lo que hacen casi todos en las redes”.

Y sinceramente en ningún estatuto laboral dice que las redes son un punto importante para juzgar a una persona en su vida profesional.

Hasta donde puedo juzgar a una persona en lo profesional por la imagen

La razón de hacer énfasis en que se espera de un empleado y de un usuario típico de redes sociales es porque me he dado cuenta que si no sigues ciertas costumbres que se dan en ellas, la gente comienza a crear aversión hacia ti mismo. Muchos lo negarán, pero puedo probar que existe este patrón: la mayoría de la gente buscará amistar más contigo de acuerdo a los patrones de comportamiento que sigues en cuanto a cómo te ves en una red social.

Y si esto ocurre en el plano personal, es evidente que en el laboral no será algo aislado ¿Qué persona cuando apenas conoce a otra lo primero que trata de ver es la forma en que se presenta en una red social? Con eso se da una idea de con quien está a punto de tratar; y de ahí hace un juicio que le llevará a tomar decisiones sobre cómo llevar una relación con dicha persona.

Sin embargo, esto conlleva un alto índice de engaño ya que el decidir si una persona puede laborar en cierta compañía por como interactúa en redes es una total incoherencia y estupidez. No se puede tomar decisiones a priori sobre nadie, pero el “mundo moderno” nos está mostrando que sí, porque las redes sociales influyen en absolutamente todo.

Además de todo esto de tener prejuicios sobre las personas, también está el poco profesionalismo que viene de las personas que hacen precisamente dichos juicios a priori. Este tipo de personas pasan más tiempo cuidando aspectos intrascendentes tales como:

- Ver si ya le dieron "me gusta" a sus selfies, en lugar de ver si ya recibió mensajes importantes que aseguren el flujo laboral ordenado y correcto.

- Contestar con frases trilladas y simples a comentarios superfluos para no aparentar excesivo narcisismo.

- Copiar y pegar frases de superación o de autoayuda, creyendo que eso puede solucionar parte de las culpas que no ha podido aliviar.

Pero cuando estas personas, quienes realmente están involucradas en relaciones de trabajo serias, tienen que atender cuestiones importantes, simplemente muestran su innegable y evidente incompetencia para el plano laboral. En resumen, son gente mediocre que alcanzó un puesto por meritocracia y no con base en esfuerzo y honestidad, o bien porque consiguió el favor de otro sujeto con quien comparte las características ya descritas anteriormente.

En las redes sociales se construyen o destruyen relaciones de amistad, afectivas y hasta de trabajo, por ende es que lo que hagas en ellas tiene un peso importante en cómo te perciben otros, aunque en tu desempeño laboral seas una persona confiable, honesta y que da buenos resultados. Esto de los prejuicios realmente es algo sórdido; y denota decadencia de nosotros como seres humanos.

Cuando no encajas

Si no eres una persona adepta a los selfies, a publicar lo que hace el resto, es decir: sólo compartir imágenes, nunca expresar ideas propias ya que podrían juzgarte y eso conlleva un rechazo social y virtual, es obvio que no tendrás muchos contactos. Por ende, cuando en tu vida profesional busques que te juzguen más por tus acciones que por tus redes no será así. Incluso hasta tu color de piel, lugar de formación o procedencia puede ser motivo de rechazo.

Si te gusta trastocar los costumbrismos o las banalidades, haces criticas a la gente que busca con ansia popularidad por medio de sólo fotos, si te mofas de las personas que hacen bromas simples y sin gracia, diciendo cosas obvias, haces burla y parodia de todo, te ríes de ti mismo, ojo, ahí es cuando no sólo te harán a un lado en el plano personal, sino que serás alguien que no puede ser elegible para mejores oportunidades en una empresa.

Las empresas no escapan a juzgar a las personas sobre cómo son en el plano personal. Esto no debería de darse ya que todos tenemos derecho a separar el trabajo de nuestra vida íntima.

A ese grado hemos llegado con el uso de las redes sociales, a vivir en una burbuja en la que las personas actúan como sujetos inertes, carentes de emociones, sin capacidad de expresión, con las emociones totalmente susceptibles de ser manipulables. En fin, cosas malas que nos ha dejado ser internautas, pero que en la vida profesional nos puede garantizar aceptación.

Aunque no todo es malo, en las redes sociales también puedes conocer sobre bienes y servicios, aprendes algunas cosas interesantes de páginas que se dedican a difundir temas de interés general, y de cosas que si son trascendentes. Sin embargo, el contenido de las redes, en su mayoría es totalmente burdo; y deja a las personas sin capacidad de diferenciar lo bueno de lo malo.

¿Qué diferencia una buena persona de una mala?

Al juzgar a una persona en su vida profesional porque no es como tú en las redes sociales, podría haber ciertas excepciones: qué tal si es fan del nazismo, es racista, misógino, golpea mujeres, es clasista, es estafador o estafadora, etc. Claro, pero para poder distinguir lo bueno de lo malo tenemos que usar el criterio, la razón, un buen juicio, ósea las enseñanzas que recibimos desde que somos chamacos chillones, obvio si fueron buenas.

Lo dicho con anterioridad si sería motivo de rechazo, pero ¿por qué lo es más una persona que no sigue los cánones de la vanidad y de buscar la afección forzada con aspectos visuales? La respuesta es porque le hemos dado más importancia a las cosas que no nos mejoran como personas, sino que nos dan un estatus completamente superficial.

Entonces, cuando te juzgan en lo profesional, entrometiéndose en lo personal, es que sabes que tratas con gente sin sentido común, que sólo vive para aparentar, que no busca realizarse; y que está dispuesta a caer bajo sólo por mantener esta cuasi-realidad.

Que feo ¿verdad? Mirarse al espejo, sacarse la foto y luego decirse “soy uno más de ellos”, ámenme por favor que lo necesito.

Conclusión

El negar oportunidades a una persona sólo porque no sigue cánones sin trascendencia, que no hacen daño a nadie es realmente lo más estúpido que este mundo moderno y globalizado nos está enseñando. Nos dice que como seres humanos no somos capaces de tener individualidad o un buen juicio.

Lo que se debe de hacer ante este tipo de rechazo sin duda es hacerse a un lado. El buscar conciliar o caer en actitudes autocompasivas buscando aceptación forzada o perdón es para idiotas sin dignidad. Si no hemos hecho nada malo, no tiene uno que buscar cambiar lo que nos ha hecho buenos.

Siempre hay que buscar mejores opciones ya que no podemos caer bajo como lo han hecho otros, aún si esos otros pueden presumir visualmente de mejores cosas en las redes sociales que en su vida profesional. Todo esto me llena de tanta misantropía que me hace desear el apocalipsis.

Fin.

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