Facebook y el medivierte.

Todos alguna vez hemos usado esta reacción, ya sea para expresar hilaridad o burla pero si nos damos cuenta, esta reacción, como otras, fue creada con base en predecir nuestro comportamiento en redes sociales.

Las teorías conductistas probaron que es posible el condicionamiento humano. Hoy en día esto es más que notable cuando interactuamos en una red social, en la cual la forma de interacción está más que predispuesta. El medivierte se ha convertido en una de las reacciones más recurrentes, sin duda porque en el mundo actual, estamos más que divididos ideológicamente.

Las reacciones en Facebook y su implicación en la psique humana.

En las redes sociales existen patrones de conducta los cuales son aceptados como leyes no escritas, que implican el uso del lenguaje, imágenes o frases repetitivas, tal cual el condicionamiento de un animal.

¿Qué leyes no escritas son obedecidas en Facebook?

·         Conseguir atención de forma forzada mediante imágenes de nosotros mismos, mostrando nuestros mejores ángulos estéticos.

·         Publicar contenidos simples o bromas fáciles de entender que la gente consuma para pasar el rato.

·         Reaccionar a fotos de personas con frases repetitivas que impliquen adulación o narcisismo, entre otras tantas para que la persona consiga la tan buscada auto-satisfacción que busca cuando publica fotos de su persona.

·         No reírse de uno mismo. Ósea, nunca darse un auto-megusta o medivierte, o bien no hacerlo frecuentemente; por la sencilla razón de que la mayoría no lo hace.

Casi nadie se halaga con reacciones o se ríe de sí mismo. Si lo haces, te verás raro en un mundo de seres condicionados a un comportamiento predeterminado que sustenta todas las relaciones que se dan en Facebook o en otras redes. En pocas palabras te dirán “estás loco"," necesitas un psicólogo", "te das me divierte tú mismo”.

Las reacciones en Facebook sin lugar a dudas tienen un efecto en la mente humana. Podemos liberar dopamina al sentir placer cuando recibimos dichas reacciones, o halagos. Incluso cuando una persona te reacciona con “me enoja” nos damos cuenta del alcance psicológico que tienen estas herramientas.

Es increíble que cuando un usuario de Facebook usa un “me enoja” está evidenciando un comportamiento totalmente condicionado. Para decirlo brevemente, las redes nos dicen cómo y cuándo debemos interactuar, somos sus esclavos lo queramos aceptar o no.

En el caso de la reacción medivierte se ha venido usando para mostrar burla, desprecio, causar enojo y buscar hacer sentir mal a toda costa a otra persona. Es increíble el poder herir las sensibilidades o resquebrajar emocionalmente a las personas con una simple reacción. Este tipo de emociones exacerbadas realmente afectan a las personas, al grado de degradar su autoestima y sentirse amenazado o inseguro. Y todo por una simple cuestión tecnológica ¿No es eso ridículo?

¿Cómo se defienden las personas de ataques con la reacción medivierte?

Es tan fuerte el efecto psicológico de las reacciones que un usuario de Facebook provoca que la red social decidió dar opciones a sus usuarios para evitar estragos emocionales.



Una opción es de alguna forma bloquear el perfil de todo tipo de reacción a personas que no son contactos. La otra es no hacer públicas las publicaciones. Entonces, como pueden darse cuenta las redes con sus reacciones y publicaciones pueden tener un fuerte efecto en nuestras mentes y emociones. Sin embargo quienes trabajan en el desarrollo de herramientas en redes, se piensa en todo hasta si eres hipersensible a todo. Para cada reacción o para cada acción habrá una contra-reacción o contra-acción; sin más objeto que otra persona no te destruya emocionalmente, aunque en tu vida real no te afecte en absolutamente nada.

En mi caso, todo esto me parece algo totalmente absurdo. No veo porque una persona no podría darse un megusta o un medivierte a sus propias publicaciones. El ser parte de un status quo es enfermizo. Es como ser una oveja carente de cerebro, reaccionando cuando el pastor le hace ruidos con la bandeja del alimento.

¿Y si no quiero ser como otros?

Ser una persona que no sigue los convencionalismos en Facebook o en otras redes sociales te puede causar rechazo hasta de tus propios familiares. Sin embargo, si eres una persona que no tiene nada que probar o demostrar, no veo porque no trastocar los pilares que sostienen a un medio que ha puesto de cabeza las normas naturales que rigen una sociedad, y en su lugar ahora sustenta a otra enajenada, condicionada, carente de pensamiento individual, de crítica o autocrítica, encaminada totalmente a que la pereza mental crezca de forma exponencial. 

En casos extremos, las redes pueden generar indiferencia al dolor ajeno, odio hacia ciertos grupos de personas que son de otro país, con otras creencias y formas de actuar, manipular elecciones y distorsionar hechos ciertos. El condicionamiento existe, y al consumir enajenadamente contenidos burdos, ya no queremos cuestionarlos, pensamos que lo que vemos en una red social, tan usada por millones de usuarios, debe ser verdad. Pero no es así.


Con todo y la verborrea de Zuckerberg sobre la seguridad de los datos de los usuarios, lo cierto es que si tú quieres ser popular en redes para formar parte de ese grupo de inertes seres condicionados, tienes que dar a conocer en público aquellos aspectos narcisistas de ti mismo. Intenta de otra manera, verás que es difícil. Nunca puede ser de otra forma.

Las redes han probado que las personas ya no pueden mantener la atención por tiempos prolongados, terminar de ver una película, leer libros físicos de gran tamaño. Los usuarios están en busca de contenidos que no impliquen esfuerzo mental, rápidos y fácil de digerir, sin importar si son ciertos o no, pero que de alguna forma alimenten el ego o la interminable necesidad de atención y vanidad.



Incluso no sólo las reacciones han provocado esta degeneración humana. También, el uso de auto-correctores entre otras herramientas, han hecho que las personas pierdan la capacidad de expresar algo propio por escrito, o bien escribir unas cuantas líneas en la escuela o en su lugar de trabajo. Realmente las redes nos están degradando cada vez más como seres humanos, pero es difícil prescindir de ellas.

Y volviendo al tema de la reacción medivierte es increíble que una persona sea perturbada más por esta simple reacción, que por situaciones difíciles que esté atravesando su prójimo, un familiar, un amigo o amiga o uno mismo.

Sinceramente vivimos en un mundo de idiotas, pero como dicen por ahí “Cuando estés en Roma, haz lo que los romanos”. Nada más estúpido y degradante.

Fin.

Comentarios

Entradas populares de este blog

The American Way, what United States truly represent!

Trabajar y estudiar ¿En verdad es bueno?

Xalapa, escuelas particulares